Testimonio Impactante
Mi nombre es Giovanni Rosania, soy de nacionalidad colombiana, casado, tengo cuatro hijos y dos nietos. Soy de profesión ingeniero civil la que conseguí relativamente joven a los 21 años de edad; cuando me recibí al poco tiempo pude vincularme con una de las grandes firmas del país que se dedicaban principalmente a las interventorías y asesorías en el ramo de la construcción y a quienes presté mis servicios por más de veinte años.
En aquellos años, el título de un profesional poseía mucho más valor comparativamente con los años recientes y las especializaciones, diplomados, maestrías y doctorados aparte de ser pocos en número, solo estaban destinados para aquellas personas que tuvieran ingresos mayores y muy por encima del promedio profesional del gremio, que por no ser mi caso, por la poca o nula experiencia en el momento de mi vinculación con esta firma de ingenieros y arquitectos, estuve devengando un bajo salario por muchos años de mi permanencia con ellos.
Adicionalmente, a los pocos años del inicio de mi ejercicio profesional tomo la decisión de casarme y empezar a asumir las responsabilidades que este vínculo conlleva entre otras la del sostenimiento de un hogar con un ingreso que no despejaba del piso en que inicio y que no lograba suplir todas las necesidades y colmar las expectativas que se traían como pareja, lo que me obliga a plantear a los directivos de la empresa otra forma de pago diferente a la salarial y optar por lo que en mi nación se denomina “contrato por prestación de servicios” que no es otra que cortar con la obligación que tiene una empresa de asumir parte de los costos de la seguridad social del empleado y delegar en él estas funciones que serán supervisadas por él como empleador, por lo que parte del equivalente o el total de ello le será entregado al empleado conjuntamente con su asignación mensual salarial.
Con la llegada de cada uno de mis cuatro hijos, dos en una primera etapa si se quiere llamarlo así, se aumentan en gran proporción los gastos, por lo que me vi muchas veces en la disyuntiva de tener que escoger entre el pago de mi seguridad social o el suplir las necesidades de estas dos criaturas que crecían como la espuma, encontrando en esta transformación una fórmula intermedia que consistía en pagar únicamente lo correspondiente a salud y dejar de hacerlo en lo referente a pensiones y cesantías.
Un lustro y medio después de la llegada de mi segundo hijo, aparecen en escena los dos últimos hijos y como puede vislumbrarse todo el anterior panorama que empezaba a concederme momentos de descanso en lo económico, vuelve a tornarse con colores oscuros y los destellantes aportes a pensión y cesantías que se hacían con cierta regularidad brillaron por su ausencia por largos períodos.
Hace unos quince años, tomé la decisión de retirarme de la empresa, bueno ya eran tres sociedades de los mismos dueños de antaño y a las que venía sirviendo profesionalmente desde hacía dos décadas y unos pocos años, esta determinación se da por la firmeza que el Padre Celestial puso en mi corazón de emprender nuevos caminos de manera independiente y poder lograr lo que hasta ese entonces solo se trababa de sueños y nada más.
Es por esto que a través de una empresa familiar, el Padre Celestial nos bendice de una manera sobrenatural y lo económico empezó a hacerse notar maravillosamente, aunque también los ataques extremos del reino infernal se intensificaron en gran manera al punto que mi vida se vio seriamente comprometida por unas puñaladas que recibí en él corazón (ventrículo izquierdo) y en uno de los pulmones, derivadas de un intento de atraco en contra de mi persona en un sector céntrico de la ciudad el 2 de junio del año 2000 y aunque el propósito de este testimonio es centrarme en otro, no puedo dejar pasar esta oportunidad para testificar de lo poderoso que es YAHWEH para levantar a personas de la muerte como fue mi caso ya que una chuzada infectada en el ventrículo como la que yo recibí, ocasiona un desangre en menos de un minuto y la persona fallece por un paro cardiaco de lo que puede dar fe un profesional de la salud y sumando la deficiencia respiratoria por el pulmón perforado las consecuencias no tienen ningún tipo de discusión médica, pero nuestro Padre Celestial que es todo poderoso permitió que pudiera llegar al hospital una hora después del incidente y aunque en la operación apareció el esperado paro cardiaco con incapacidad a la respuesta de animación practicada por los galenos y dos segundos antes de pronunciar la hora de “mi fallecimiento”, el doctor Camero (cirujano de turno en el hospital) piensa en ese momento hacerle “cosquillas al corazón” si por despedida, dolor, pesar, o probablemente por experiencia, lo que hace casi intuitivamente y el corazón empieza su movimiento normal de nuevo. “Caso milagroso” “Caso inexplicable” “Alguien me estaba guiando en la operación” “Debo admitir que no puedo explicar lo que sucedió” “Si existe, el Padre Celestial estuvo en la sala de cirugía con nosotros”, fueron algunos de los calificativos de lo sucedido en las horas después de las 6 p.m. de aquel viernes 2 de junio del año 2.000. Nosotros quienes amamos a nuestro Padre Celestial, sabemos que sucedió y quien estuvo conmigo durante todo este tiempo; de todo esto fue testigo presencial nuestro hermano Hugo Fernández.
Volvamos a lo central. Con el trabajo de esta empresa familiar en un período de cuatro años, el Padre Celestial nos regala lo que sumado en el total de los veinte años y otros muchos más, no se logró ni se hubiera podido lograr, pero repito, entre más bendición, más ataques y en ese ir y venir, llego al punto en que me pregunté ¿Cómo sostener a mi esposa? Sí, tenemos unos pocos bienes que podemos trabajarlos y obtener unos recursos para ello ¿Pero, y si eso no se logra? Estas preguntas me presionan en el día a día, a sabiendas que yo no cumplí el tiempo para una pensión y que faltaron muchísimas semanas para lograrla, acudo a los expertos en la materia quienes piden documentos, averiguan y solicitan otros, hacen preguntas, indagan y al final de todo, la respuesta fue “nada que hacer” “Si, se hubiese hecho esto o aquello…” “Si, nos hubieras consultado hace tantos años”, etc. Resultado, “nada que hacer para una pensión”.
Hace mes y medio me llega un documento del fondo privado de pensiones a mi PC en donde, en la primera hoja dice más o menos lo siguiente: “Vemos que tu ahorro va bien” y me acordé que allí había algo de dinero y digo: “Uf, gracias Padre Celestial porque ahí tengo el dinero para mi carro que te he venido pidiendo”. Yo sabía que esa cantidad me alcanzaba para comprar un carrito, no estoy diciendo mentiras, un carrito lo que con ese dinero puedo comprar. Entonces logro acceder al documento y efectivamente en esa cuenta hay aproximadamente el equivalente a tres mil dólares en pesos colombianos y empiezo a indagar como hacer para retirarlos y empiezo a avanzar en las páginas (tres en total) para ver si dicen algo al respecto; cuando en ese revisar encuentro una cifra en pesos colombianos equivalente a aproximadamente ciento cincuenta mil dólares con una cita “su ahorro asciende a”.
Al mirar esto, le consulté a mi esposa, mi hija y no supieron dar razón de ello, yo pensé que eso era algún número acumulado de puntos de alguna promoción por los tres mil dólares ahorrados en todo el tiempo, pensé también que era un error del fondo de pensiones y revisaba la dirección, el número de identificación, el correo y todo estaba bien, por lo que decidí acercarme a una oficina del fondo y preguntar ¿Que era eso? Lo que hice al siguiente lunes de esa semana.
Con toda la calma del caso, le pregunto al asesor que me atendió al respecto, le muestro el impreso del documento que me llegó, el lo toma, lo mira y me dice casi textualmente “ese es su ahorro de su pensión”, yo le contesto: tiene que haber un error, yo no reuní el tiempo de pensión y hace más de diez años que deje de aportar; y me contesta “ya confirmamos don Giovanni”. Entonces yo descanse y pensé: “ya lo sabía, era un error y eso es lo que me va a decir”. Se toma un par de minutos y yo seguía pensando “es un error por eso es que se demora”, cuando me dice: efectivamente don Giovanni, y yo pensé: “ah, vio, ya lo sabía, se trataba de un error”, y el asesor continua hablando: efectivamente don Giovanni, se trata de su bono pensional que puede empezar a disfrutarlo según veo a partir de unos meses cuando cumpla la edad requisito.
Yo me quedé mirándolo a ver si me decía “mentiras es broma, se trata de un error” pero espere que siguiera, este bono es vitalicio y en caso de que usted falte, es endosado a su esposa y en caso de que ella falte a un hijo menor de 24 años hasta que cumpla esta edad. Yo trate de no mostrar los saltos de mi camisa y saco por las pulsaciones mil de mi corazón y como si no pasara nada le pregunto ¿y cuándo y cómo me entregan ese dinero? Le faltan unos pocos meses, pero puede empezar a tramitarlos desde ya, si usted quiere firma hoy un documento de conformidad y en meses se le empieza a girar su mesada pensional. Ya, respondí y como cuánto es esa mesada? Espere un momento por favor, se vuelve nuevamente a su PC y vuelvo y pienso “ahora si se va a dar cuenta del error” bueno, aproximadamente, me responde y se queda viendo la pantalla y sigo pensando “debe ser tanto y fijaba una cifra de pesos en mente, eso me alcanzará de pronto para uno o dos mercados de la casa, gracias Padre Celestial por eso” y cuando me dice la cifra, todo lo que había calculado, ni aproximado, el monto de la mesada nos alcanza a suplir todas las necesidades de la casa del mes cómodamente sin pasar ninguna angustia.
Después de reposar un tanto mi espíritu, le pregunto al asesor ¿Por qué ese dinero, si yo no completé la pensión y estaba bien lejos de lograrlo? Me explicó que en al año 1992 cuando entraron los fondos privados de pensión al mercado del ramo, todos aquellos que se pasaron del fondo del estado a un fondo privado, que estuvieran laborando en esa época y que hubieran cotizado con el fondo oficial, un artículo de la nueva ley de pensiones obligaba al Ministerio de Hacienda a consignar a favor del trabajador una suma correspondiente a un mes de salario de ese año para ayudar junto con los rendimientos que ese salario produjera a la suma ahorrada para pensiones, imagínense suma ahorrada: El equivalente en pesos colombianos a tres mil dólares, suma con rendimientos de un salario: El equivalente en pesos colombianos a ciento cincuenta mil dólares aproximadamente.
Nadie sabía que yo tenía ese dinero, yo nunca me enteré que se me habían consignado en una cuenta hace casi treinta años, una suma tan pequeña que nadie podría imaginar que bastaría para suplir gastos de la casa en mi edad adulta, tampoco los expertos que consulte respecto a mi pensión lo pudieron indagar, solo uno lo sabía, mi Padre Celestial, el Elohim creador de los cielos y de la tierra, nuestro amoroso YAHWEH que apartó esa cifra tan pequeña para nosotros y la hizo crecer de tal forma que será el sustento para nuestros años de adultos.
Esto es la muestra real de que nuestro Padre Celestial siempre está trabajando a favor nuestro, aunque nosotros no veamos nada en medio de las pruebas y tinieblas que a veces la vida y el enemigo nos presenta, él no descansa y tiene un plan perfecto para cada situación de nuestras vidas, todo lo que él hace es para cumplir con las bendiciones que él nos prometió, él dijo que no nos dejaría, que estaría con nosotros hasta el fin del mundo, también nos heredo su bondad que nos permite decir con toda seguridad que aunque andemos en valle de tinieblas podemos estar seguros de su ayuda, de su provisión y que eso permitirá que en el transcurrir de los día nada nos faltará.
Saludos hermanos.
Giovanni Rosania