SU PRESENCIA EN NUESTRAS CASAS

devocional diario 1

2 Samuel 6:11 Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa

Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué, servidor de Moisés: “Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas. Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies”. Dios le delimitó su territorio y le prometió triunfar y que la  presencia de Dios iría todos los días de su vida, que nadie sería capaz de enfrentarse a él y le prometió: “Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

Aquí podemos ver la acción de Dios acompañando a Josué en la campaña de conquista de la tierra prometido que debería realizar.

¿Dónde radicó el triunfo de Josué? En que Dios le recordó las promesas que le había dado a Moisés: “Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, yo les doy esta tierra a los hijos de Israel”.

¿Cómo aplicamos esta promesa a nuestra vida? Dios nos ha dado un territorio y ese territorio es nuestra casa.

Esa es la primera tierra prometida la cual usted y yo debemos conquistar, así como Josué conquisto a Canaán para los Israelitas, el Señor Jesucristo nos guía a conquistar nuestras casas, nuestro conyugue y nuestros hijos.

Allí es donde debemos pararnos firmes y decir en oración: “La Palabra de Dios dice que todo lugar que pisare la planta de mis pies me pertenece y esta casa me pertenece, y declaro que en ella habita la presencia de Dios y por esa presencia Dios trae sus bendiciones sobre mi familia, mi conyugue, mis hijos, tomo posesión de ella y la declaro limpia por la sangre de Cristo, santa, descontaminada y llena del amor, paz y gozo de Dios”

Tome posesión espiritual de su casa en oración con autoridad, para que la presencia de Dios a través del Espíritu Santo este allí en su hogar y de seguro verá como Dios derrama de sus bendiciones. La casa de Obed-edom geteo fue bendecida por Dios porque había dedicado su casa para traer la presencia de Dios. Sigamos su ejemplo.