ORACION POR NUESTROS HIJOS Y NIETOS

Bendiciendo nuestros hijos y nietos

Las Bendiciones de Efraín y Manases

(Génesis 48:20)

Dicen que: No existe mayor bendición que la paz entre hermanos.

Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Que Elohim te haga como a Efraín y como a Manasés. Así el puso a Efraín delante de Manasés. (Génesis 48:20) (VIH)

Manases: significa: ““Porque Elohim me ha causado que olvide todas las aflicciones que sufrí a las manos de mi familia.”” (Génesis 41:51)

Efraín: significa: “Porque Elohim me ha hecho fructífero en la tierra de mi desgracia.” (Génesis 41:52)

Todos deseamos bendición sobre nuestros hijos y nietos, y las Escrituras nos dicen cómo ellos pueden alcanzarla, y podemos ver en este pasaje de Génesis 48, un ejemplo de cómo Jacob bendijo a sus nietos, quienes eran hijos de José.

¿Por qué los judíos siguen practicando a lo largo de los siglos la bendición de Efraín y Menases sobre sus hijos y nietos?

¿Por qué nosotros deberíamos practicarla y bendecir a nuestros hijos y nietos de la misma forma como lo dice Génesis 47:20? Veamos unas explicaciones.

  1. Esa oración, introduce una bendición que el Elohim de Israel quiere perpetuar en sus hijos al igual que la bendición de Aarón en Números 6:23-27 y también la oración del Padre nuestro en Mateo 6:9-13.

La importancia de esta oración de Génesis 48:20 reside en el significado de los nombres de Efraín y Manases.

Con esta bendición se está pidiendo a Elohim que:

  1. conceda un futuro próspero a nuestros hijos y nietos y
  2. que olviden el pasado negativo de alguien que los ha herido, para que no guarden rencor.

José como el padre de Efraín y Manases, perdonó a sus hermanos que lo vendieron y pudo olvidar la aflicción que ellos le causaron.

  1. Debido a la hambruna, Jacob y toda su familia se trasladó a Egipto. La generación siguiente crecería rodeada de paganismo y de inmoralidad. El verdadero desafío era saber si el pueblo de Israel sobreviviría en medio de todas las dispersiones del pueblo de Israel por el mundo.

A lo largo de los siglos, los padres judíos han orado por sus hijos, para que sean capaces de resistir las tentaciones del mundo, para que sean capaces de mantener una vida limpia en medio de un mundo de pecado. Así mismo el Mesías Yeshúa oró por sus discípulos: Juan 17:11 Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Juan 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal

Al fin y al cabo, ¿cómo puede un padre medir su éxito? Por los nietos que tenga, ellos establecen la descendencia familiar. De ahí el dicho popular: “La cuestión no es si usted tiene hijos, es si usted tiene nietos”

¿Cuál fue el resultado con Efraín y Manases? A pesar de las grandes probabilidades de asimilación del mundo pagano de esa época, ellos crecieron en Egipto y mantuvieron su adhesión a los ideales y a las prácticas de la Torá (Antiguo Testamento), ellos no hicieron lo que el pueblo egipcio hacia, se mantuvieron en obediencia al Elohim de Israel. Y esta es la razón por la cual nosotros bendecimos a nuestros hijos y pedimos que sean como ellos, obedientes a los mandamientos de Elohim en su Palabra.

  1. Paz Entre Hermanos, un ejemplo de bendición.

Hay más profundidad en la bendición de Jacob sobre Efraín y Manases.

Una de las costumbres más bellas de la vida judía es que los padres bendicen a sus hijos e hijas al inicio de la cena de Sabbat el viernes por la noche. Las hijas reciben la bendición: “Que Elohim te haga como Sarah, Rebeca, Raquel y Lea” y los hijos por su parte, son bendecidos “para que sean como Efraín y Manases”.

¿Qué pasó con los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob? ¿Por qué fueron elegidos Efraín y Manases en lugar de ellos como los personajes principales de esta importante tradición?

Efraín y Manases fueron los primeros hermanos judíos que no pelearon. Los dos hijos de Abraham, Isaac e Ismael, no se llevaban nada bien, y su desacuerdo constituye la base del conflicto árabe-israelí hasta el día de hoy.

La generación siguiente, los dos hijos de Isaac, Jacob y Esaú, fueron tan polémicos que Esaú trató repetidamente de matar a Jacob y les encargó a sus descendientes que hicieran lo mismo. Y la generación siguiente, los hijos de Jacob, vendieron a José como esclavo en Egipto.

Efraín y Manases representan la ruptura de este patrón de división entre hermanos. Esto explica por qué Jacob invirtió a propósito sus manos, bendiciendo primero al joven Efraín antes que a Manases, el hermano mayor. Jacob deseaba enfatizar el hecho de que entre estos dos hermanos, no existía ninguna rivalidad. (Ver Génesis 48:13-14)

Con este pensamiento los padres bendicen a sus hijos hoy en día. Ya que no existe mayor bendición que la paz entre hermanos. En las palabras del Rey David: “Que tan bueno y agradable es para los hermanos sentarse juntos en paz”. (Salmos 133:1)

Esta es la esperanza que Elohim guarda para toda su familia de hijos, que cumplamos el nuevo mandamiento que les dejó el Maestro a sus discípulos: Juan 13.34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

Entonces, ¿Cómo orar por sus hijos?

Imponga su mano derecha en la cabeza de cada uno de sus hijos y diga en voz alta:

Pido como Padre en el nombre de Yeshúa, que Yahvéh te haga como a Efraín y como a Manases, que Yahvéh te de un futuro próspero en todo y que olvides el pasado negativo de alguien que los ha herido, para que no guarden rencor en tu corazón. Yahvéh te bendiga y te guarde, Yahvéh haga resplandecer su rostro sobre ti y de te favor, y Yahvéh vuelva su rostro hacia ti y te de shalom.

Pastor Ricardo Chaparro

www.congregacionensupresencia.org